La Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos para el Desarrollo de las Américas (CIDHDPA), en voz del Comisionado para América Latina y el Caribe, Víctor Hugo Gutiérrez Yáñez, expresa su preocupación por la forma en que se están dando los procesos de candidatura a la gubernatura de Coahuila dentro de la coalición Morena, Partido Verde y Partido del Trabajo.
En la conferencia mañanera del 30 de mayo, el Ejecutivo Federal encabezado por el Licenciado Andrés Manuel López Obrador descartó el apoyo a su excolaborador Ricardo Mejía Berdeja, quien, a pesar de cumplir con todos los requisitos necesarios para ser candidato a Gobernador por el Estado de Coahuila, la dirigencia del Partido del Trabajo (PT), mediante un autoritarismo flagrante, le retiró la representación partidista. Estas acciones violentan los tratados internacionales en materia de que cualquier ciudadano pueda y deba participar en asuntos públicos de su país, como lo describe la convención americana en el Pacto de San José de Costa Rica de la Organización de Estados Americanos.
Este cambio se da a cinco días de las elecciones, es decir, se encuentra fuera del periodo establecido para el registro de candidatos con las coaliciones y partidos políticos. Por lo tanto, según la Ley General de Partidos Políticos, Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y la Ley Electoral de Coahuila, no se podrán modificar las boletas electorales. En otras palabras, los simpatizantes de Morena deberán votar directamente por su candidato Armando Guadiana para que este obtenga los votos. Pese al descontento frente a estas decisiones, Mejía Berdeja, se mantendrá en la contienda como representante del PT.
La manera en que la 4T está manejando la candidatura de sus partidos no sólo confunden al electorado sino que están favoreciendo a un solo candidato y, en contraste, se deja en desventaja a otros. No es posible tener procesos electorales democráticos si los partidos no les dan la misma oportunidad de competir a todos sus postulantes.
Gutiérrez Yáñez afirmó que debe realizarse una revisión profunda en el sistema de partidos, ya que este tipo de actos totalitarios solo rompen con la estabilidad política y están en contra de los Derechos Humanos fundamentales.